Dicen por ahí que el que monta bicicleta ahorra visitas al médico y reduce un 50% el riesgo de sufrir un infarto, sin embargo, el ciclismo puede traer otro tipo de consecuencias como el dolor de espalda debido a malas posiciones durante el entrenamiento.
El dolor de espalda es producido en numerosas ocasiones por una mala posición y una deficiente condición física y puede convertirse en una de las causas más molestas que impidan ejercer a gusto la práctica del ciclismo.
La espalda es una zona del cuerpo humano que posee una gran cantidad de músculos e inserciones, su posición central le da poder de decisión, gestión y control sobre las otras funciones corporales. Por ello es muy importante tener claro la actividad que realiza la espalda mientras estás arriba de la bici, puesto que ella es la encargada de estabilizar el tronco y en ocasiones realiza una actividad dinámica cuando decides ponerte de pie sobre los pedales.
Antes de realizar el deporte es importante que dediques de 5 a 10 minutos de calentamiento y estiramiento de la zona lumbar, cervical y dorsal de la espalda, de este modo se flexibiliza toda el área cervical y te evitarás problemas de desgarres o calambres; además la posición óptima que debéis adoptar en el sillín ha de ser con el torso ligeramente inclinado hacia delante, de esta forma los movimientos de las piernas fortalecerán el área lumbar y podréis prevenir la aparición de una hernia distal.
Por último y no menos importante, está el realizar unos minutos de estiramiento de la zona cervical al terminar el entrenamiento, apoyando las manos sobre la parte posterior de la cabeza y dejándola caer adelante.
Al tener en cuenta estos consejos, tu espalda se verá beneficiada, la musculatura se fortalecerá y mantendrá la columna vertebral protegida de vibraciones y golpes; además, la bicicleta estimula los pequeños músculos de las vértebras dorsales, que a través de los ejercicios de gimnasia tradicional sólo consiguen ser estimulados.
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